- Tuyos de por vida. Para que hagas con ellos lo que se te encapriche.
- Soy muy caprichosa, lo sabes, ¿no?
- Te concederé todos tus caprichos.
- ¿Sí?, pues he conocido a un casado que me gusta y quiero follármelo. Pero esta vez dejo que tú decidas. Así que si lo deseas, no te exigiré que seas cornudo. Esta vez lo dejaré a tu elección. ¿Quieres que folle con él y te haga cornudo?
- Sí, amor mío.
- No te he oído bien, ¿quieres repetirlo?
- Que elijo que folles con él y me hagas cornudo.
- Suplícamelo.
- Te lo suplico
- ¿Qué me suplicas? Sé más claro, cornudo.
- Te suplico que folles con él y me hagas cornudo.
- ¿Así que pudiendo elegir que no, prefieres que folle con él y te haga cornudo?
- Sí, amor mío.
- No me extraña. He conocido a pocos cornudos como tú. Con tanta convicción, con tanta seguridad de querer serlo.
- ¿Crees que él querrá follar contigo?
- No es sí él quiere follar conmigo o no. Ya te dijo que soy muy selectiva. Así que hasta hoy no hay uno que me haya dicho que no. Ten por seguro que me lo follaré, que me puedo follar a quién yo quiera. No lo dudes.
- Lo sé, amor mío. No tengo ninguna duda.
- ¿Entonces qué eliges? ¿Quieres o no quieres que folles con él? Si tú dices que no, no lo haré. Por esta vez.
- Quiero que seas libre y que folles con él.
- ¿Y qué más?
- Que me hagas de nuevo cornudo.
- Suplícamelo, me gusta verte suplicar que te haga cornudo.
- Te suplico, por favor, que folles con él y me hagas de nuevo cornudo
- De acuerdo, cornudo. No me esperaba menos de ti. Me da mucho morbo que pudiendo elegir que no, elijas ser cornudo. A partir de ahora te lo preguntaré siempre porque ya sé que me suplicarás que te ponga los cuernos.
Y me he sentido orgulloso de ti porque eres un Ama muy inteligente. Mucho. La que más. Nunca he conocido una mujer como tú ni creo que exista. Y por eso te amo. Y por eso le doy las gracias por admitirme como tu sumiso y por seguir adiestrarme y domándome para que sea un buen sumiso al servicio de tu placer. Para ser lo que tú quieres que sea que es lo que yo más anhelo: ser tuyo completamente y ser modelado de nuevo por ti, por tu voluntad y capricho para de tu exclusivo uso, para el uso exclusivo de tu placer.
Porque te amo y te doy las gracias por haber nacido, por permitirme ser tu esclavo y por adiestrarme como un buen sumiso. Gracias por enseñarme a adorarte, a someterme y a ser más sumiso de tu placer. De tu exclusivo placer. Porque te amo con locura, amor mío, y sólo deseo amarte cada día más, ser tuyo, que tu voluntad sea la mía y entregarme a ti para que me gobiernes y no quede ni un resquicio en el que tú gobiernes, mandes y reines.
Porque te amo, mi vida, porque amarte a ti es lo único que me importa en la vida, y en este mundo, y quiero dedicarme en exclusiva a amarte cada segundo del día por el resto de mi vida. Te suplico que disfrutes de tu libertad y de mi esclavitud.
Te quiero, amor mío y si voy a estar sin follar contigo, y lo acepto de mil amores, no es porque sea tu sumiso (no follo con sumisos, según dices), sino porque para mí eso es un acto de amor. Lo hago por amor, por entrega, porque es la mayor prueba de amor que existe, la de que tu folles con todos y yo no.
No creo que exista una prueba mayor que esa. Y yo te la ofrezco como regalo. Es por eso, por amor, y no porque sea tu sumiso. Ya sé que no follas con sumisos, ni sumisas, pero yo lo soy y no lo hago porque tú seas mi Ama, sino porque te quiero, te amo y te regalo esta prueba para ti, para que la disfrutes. Todo es por amor, mi vida. No es porque seas mi Ama, sino orque te amo tanto...que ni tú misma te lo vas a creer.
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